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El Océano

testigo de mis

innumerables emociones,

de mis sueños escapados,

de mis sueños logrados,

de tantas palabras arrojadas al viento,

de mis sonrisas y mis llantos.

 

 

Este Océano

que me ha visto

crecer y dar las gracias,

es el mismo que me ha visto

enloquecer de rabia

y gritar preguntando el porqué.

 

 

Ahh…

así lo es,

no siempre el mismo

y durante tantos años

yo también

le he visto cambiar.

 

 

A veces me pregunto

si aprendo a ser

como este océano,

que se conmueve con la luna,

y se sonríe con el sol.

 

 

Hoy le veo ser azotado

por una tormenta inesperada

pero sé muy bien

que su corazón sigue protegido

en la profundidad.

 

 

 

Sé muy bien

que mañana será otro día

y que después

de esta pasajera tormenta

este océano volverá

con su pasión y su calma.

Esta noche se golpea

contra las rocas del arrecife

mañana las acariciará.

 

 

No me es raro

verlo de esta manera

pues me recuerda

los días de infancia

en que yo a estas

tormentas temía,

hoy las admiro 

y las escucho atentamente.

 

 

Silencioso consejero

que me acompaña a donde voy,

sigue siendo como un hermano

que a lo igual con paciencia

me ha visto superar

mis propias tormentas.

 

 

Ahora que el viento

me salpica con sus salinas aguas

y me cubre la cara con su llanto,

le acompaño desde la orilla

y canto su canción.

Océano

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